
10-N: ¿ YA HAY PARTIDO ?
Hoy este periódico publica una encuesta que ya recoge los primeros efectos electorales del estallido de violencia separatista en Cataluña, fomentado desde la presidencia de la Generalitat, con un mandatario que corta autopistas y jalea a la turba sin que el Gobierno de la nación mueva un dedo para relevarlo. El sondeo lo firma el brujo Michavila, que con su serie de aciertos ha convertido los estudios de ABC en referenciales.
Resumiendo: en la política española vuelve a haber partido, porque la distancia entre PSOE y PP se ha estrechado mucho. Si en las generales de abril Sánchez vapuleó a Casado y lo aventajó en 57 escaños, ahora la brecha entre ambos se ha reducido a 21 diputados. Además, los conservadores crecen semana a semana, mientras que los socialistas están trabados.
Sánchez, movido por su principal atributo, la vanidad, forzó otras elecciones sin necesidad, en la ilusión de que se vería aclamado hasta el punto de poder gobernar casi en solitario. Pero el cuento de la lechera de Tezanos podría acabar con el cántaro escoñado.
A pesar de ser el partido con más potencia de fuego televisivo, parece que el PSOE se mantendrá en lo que tiene, 123 escaños (aunque todo podría mudar si en la recta final Sánchez vira con un golpe de efecto patriótico y promueve el 155 para atajar la insurrección que padecemos en Cataluña).
A Casado le va bien porque se ha apeado de la sobreactuación de su debut, cuando no perdonaba micro y se lanzó a competir en la liga de Abascal. Al volver a su natural, que es centrista y cordial, se le ve más cómodo y resulta más creíble (una amiga me añade que la flamante barba adulta también ayuda…).
Lo que sí lo vivifica es la toña de Ciudadanos, que paga su oportunismo veleta y la fuga de Arrimadas de Cataluña, nunca explicada. También le beneficia que ha empezado a hablar en ganador. Implorar una alianza electoral a Rivera en plena precampaña equivalía a pregonar que vas a perder.
Pero el sondeo de hoy refleja que si los españoles no deciden reagrupar su voto, el país seguirá con un gravísimo problema de gobernabilidad. PP, Vox y Cs suman 153 diputados. PSOE, Podemos y los errejonistas, 158. El bloque de derechas está a 23 puntos de la mayoría absoluta y el de izquierdas, a 18.
La solución evidente que arrojaban los anteriores comicios, la suma de PSOE y Cs, ya no sale por la caída del riverismo. Así que si aspiramos a tener un Gobierno solo caben tres soluciones: 1. Voto masivo al PSOE; 2. Voto masivo al PP; 3. O un entendimiento PSOE-PP, por el que aquel que quede de segundo permita gobernar a quien gane.
El resto es muy legítimo, por supuesto, pero solo nos llevará a seguir naufragando en la parálisis de la sopas de letras. Se entiende que ante el desmadre borroka en Cataluña muchos votantes de derechas se inclinen por la papeleta más drástica como un modo de castigar al máximo a Sánchez y reinstaurar el orden.
Pero hay un hecho tozudo: si se quiere relevar al PSOE, la única solución es agrupar el voto en la marca grande del centro-derecha. Lo otro son desahogos emotivos… y despertarse con más Sánchez.
Luis Ventoso ( ABC )