Hoy asistimos a otra campaña marxista de distracción-intoxicación con la opinión pública por quienes, conociendo los riesgos y vestidos con guantes protectores nos decían que «El 8M nos va la vida en ello», sacrificando la seguridad de todos para avivar su nueva lucha de clases – la inexistente lucha de sexos – (machete al machote – hetero muerto abono para mi huerto). Son los del miserable y cristianofobo eslogan del «arderéis como en el 36» que hoy agitan de nuevo a sus bases sociales, buscando que la sangría de muertos con el Covid-19 no les pase factura.
En la sesión en cortes 16 del junio de 1936, Josep Tarradellas (ERC) y Salvador de Madariaga (PSOE) escucharon a la líder comunista La Pasionaria decir: «este hombre ha hablado por última vez», refiriéndose al líder de la oposición D. José Calvo Sotelo, promotor de la primera ley de sufragio femenino y al que calificaban de burgués y fascista. Días después sería secuestrado de su domicilio – violando su inmunidad parlamentaria – por la guardia personal de Prieto (PSOE) y asesinado de dos tiros en la nuca… por fascista.
Poco más tarde, el 12 de agosto de 1937 esa misma comunista que señalaba como fascistas a sus oponentes políticos proclamaba en «El Mundo Obrero»: «es preferible condenar a cien inocentes antes que el culpable pueda ser absuelto» hacíendo suyas las proclamas de Lenin, referente ideológico de Podemos: «debemos derribar cualquier resistencia con tal brutalidad que no se olvide durante décadas. Cuantos más representantes del clero y la burguesía ejecutemos mejor».
La brutalidad con que un virus venido de una tiranía comunista ataca la sociedad española a la que se mantiene en estado de sitio gracias a la irresponsabilidad del gobierno, será la llave para imponer las brutales proclamas de iglesias: «La dictadura del proletariado es la máxima expresión de la democracia»
(marzo de 2013, Pablo Iglesias).
No se engañen, éstos como aquellos serán capaces de lo inimaginable una vez instalados en el poder. Pregunten sino a la oposición de Venezuela o acudan a la hemeroteca. No es 1936, está pasando ahora:
«Fachas no faltan en este país, incluso en este pueblo quizá cuando acabemos esta charla, en lugar de mariconadas del teatro nos vamos de cacería a Segovia a aplicar la justicia proletaria que es lo que se merecen unos cuantos.»
Pablo Iglesias, vicepresidente del gobierno.
Por lo revelador de ciertas citas, termino con una gran mujer de clarividente sentido común y tan rusa y judía como los asesinos bolcheviques Lenin, Karl Radek, o el mismo Trotsky:
«No hay diferencia entre comunismo y socialismo, excepto en la manera de conseguir el mismo objetivo final: el comunismo propone esclavizar al hombre mediante la fuerza, el socialismo mediante el voto. Es la misma diferencia que hay entre asesinato y suicidio»
A. Rand
Aún estamos a tiempo de no suicidarnos como nación. Hágase un gobierno de concentración nacional.
El Correo de España