
Vino primero tenue
y acarició su pelo,
nube de mariposas,
rozando sus mejillas;
era el beso de un ángel,
flotando en las orillas,
de sus ojos azules,
con reflejos de cielo.
Mucho ánimo.
Vino primero tenue
y acarició su pelo,
nube de mariposas,
rozando sus mejillas;
era el beso de un ángel,
flotando en las orillas,
de sus ojos azules,
con reflejos de cielo.
Mucho ánimo.