Ni recuerdos ni presagios,
sólo presente, cantando.

Ni silencio, ni palabras,
tu voz, sólo, sólo, hablándome.

Ni manos ni labios,
tan solo dos cuerpos,
a lo lejos, separados.

Ni luz ni tiniebla,
ni ojos ni mirada,
visión, la visión del alma.

Y por fin, por fin,
ni goce ni pena,
ni cielo ni tierra,
ni arriba ni abajo,
ni vida ni muerte, nada
sólo el amor, sólo amando.

Pedro Salinas

Feliz tarde y mucho ánimo.