
¡ Oh, Soledad!
si contigo debo vivir,
que no sea en el
desordenado sufrir.
De turbias y sombrías moradas,
subamos juntos
la escalera empinada,
observatorio de la naturaleza,
contemplando del valle
su delicadeza,
sus floridas laderas,
su río cristalino corriendo.
Feliz tarde y mucho ánimo.