CUANDO LOS MUERTOS DESPERTEMOS

En la mayor mortandad en España desde 1936, estos difuntos invisibles están desaparecidos de la pantalla, como si no existiera.

El Gobierno no ha tenido el decoro de declarar duelo oficial.

El padrecito Stalin, con 20 millones de víctimas sobre su conciencia, sentenció cínicamente que, mientras que una muerte es una tragedia, un millón es estadística.

El sucesor de Lenin olvidaba que ese millón de cadáveres encerraba un millón de tragedias.

Francisco Rosell ( El Mundo )