
CUARENTENA CONTRA EL TURISMO
El BOE es un arma de destrucción masiva. De destrucción masiva de empleos, de empresas, de negocios, de libertades públicas. Me da pánico pensar en Sánchez con la pluma en una mano y en la otra, el texto de un decreto ley que ha de ir derechito a las páginas del BOE, sin que haya pasado por el control de la oposición en el Congreso, ni consultado con los sectores afectados, ni negociado con los agentes sociales.
Mal que bien, España está sobreviviendo al Covid, gracias a Dios y al esfuerzo de tantos. Pero yo no sé si una vez que haya pasado lo gordo de la crisis sanitaria podrá sobrevivir a Sánchez firmando locuras en forma de decretos leyes en el BOE. Hay en Portugal un legendario cañón, cuya divertida leyenda lamento no recordar, que apunta contra España.
Lo nuestro es peor: aquí tenemos un BOE que apunta contra la economía, contra la empresa, contra los pequeños ahorradores, contra las libertades. Y no sólo apunta, sino que dispara. Con nocturnidad siempre, pues el BOE, como las cartas de los heroicos bares y restaurantes que han abierto en la fase 1 con sólo tres veladores, ya no está en papel, sino que aparece puntualmente a las 12 de la noche en internet, supongo que en PDF o cualquier otro formato de los que conocemos ya como si fueran de la familia.
En toda Europa, las grandes compañías aéreas, paralizadas por la crisis y las fronteras cerradas, están de negociaciones para ver si pueden, lo más tarde en junio, reanudar sus vuelos para llevar turistas a sus destinos de vacaciones.
La alemana Lufthansa anuncia que quiere restablecer sus vuelos con las Baleares, donde tantos germanos tienen su segunda residencia. Estas compañías aéreas europeas buscan lo deseable por todos: la reactivación del turismo como motor de la economía, paralizada por las precauciones contra el contagio del Covid. Francia y Gran Bretaña ya han anunciado que no se van a meter en grandes precauciones sanitarias a la hora de transportar viajeros, que lo interesante es abrir fronteras cuando antes.
¿Y qué hacemos mientras aquí? Pues encerrarnos cada vez más en nosotros mismos. Ya no basta el hogar, dulce hogar, como unidad de confinamiento en arresto domiciliario, o la provincia, que no puedes ir a la limítrofe, aunque tengas allí una segunda residencia o una novia.
Mientras que todo el mundo negocia y transige para abrir las fronteras, aquí las cerramos. Yo no sé cuándo podremos pasar de una provincia a otra, en qué fase, como en esa divertida descripción de ellas que anda rulando por las redes y explica Rivera Ordóñez como un libro abierto.
Para barbaridad de barbaridades de este peor Gobierno en el peor momento, el BOE, ese arma de destrucción masiva de la economía y de las libertades, trajo ayer lo que se está tratando de evitar en toda Europa mediante el «pasaporte sanitario» u otros métodos.
Ya ha publicado el BOE y firmado Sánchez, sin que el PP haya podido decir esta boca es mía, una orden del Ministerio de Sanidad (el de Illa, el de las mascarillas) que los viajeros que vengan a España desde el extranjero deberán guardar cuarentena los 14 días siguientes a su llegada.
La orden que será efectiva a partir del próximo viernes, día 15, y estará vigente durante el estado de alarma y sus posibles prórrogas; que lo de las prórrogas del estado de alarma de Sánchez me está ya pareciendo lo del tonto y la linde.
¿Qué significa esto, de hecho? Que por muchos acuerdos que tomen las compañías aéreas para devolvernos turistas, esta cuarentena los echará atrás. Si un inglés iba a estar en España una semana de vacaciones, ¿cómo se va a pasar 14 días de confinamiento, como nosotros cuando la fase Cero, y sólo va a poder salir al supermercado, al médico o a la farmacia, y siempre con mascarilla?
¿Esto es la «nueva normalidad»? De locos. No sé el resto de la economía, pero la recuperación de un turismo de fronteras abiertas por peor camino no puede ir.
Antonio Burgos ( ABC )
viñeta de Linda Galmor