CUERNOS CON ALEGRÍA

Desde tiempos muy antiguos,
en el pueblo o la nobleza,
se han llevado con destreza,
los cuernos con alegría.

Unos los lucen quejosos,
otras con gran gallardía,
otros presumen de ellos
y otras, ni lo sabían.

Suele ocurrir a menudo,
que el portador no se entera,
y ha de ser la portera,
quien le avise de su anchura.

Pues pueden llegar a ser,
como los de un ciervo anciano,
y darte dificultad,
para andar por el rellano.

Suelen ser los poderosos
quienes los lucen mejor,
pues lo toman con honor,
cuál galardón otorgado.

Los cuernos son como un virus,
democráticos al fin,
no se paran a pensar,
donde quedarse a vivir.

Si don Quevedo viviera,
hoy se sentiría orgulloso,
de ver cuanto poderoso,
sin saberlo los luciera.

Más no está bien avisar,
al que sin saber los lleva,
pensando que es un adorno,
o le creció la melena.

Moncho Borrajo.