Uno se pregunta por la educación recibida y la categoría humana que debe tener alguien que aprovecha el coche y el conductor del trabajo para traer y llevar a los invitados de barbacoa, manda al escolta que vela por su seguridad física a hacer las compras al supermercado y obliga a otros subalternos a cuidar de los retoños en horario laboral y fuera de él.

De esta manera, el jefe/jefa pueda hacer vida de soltería, eludir sus cargas particulares y hasta ponerse estupendo al presumir de compromiso con la conciliación laboral y las responsabilidades familiares.

Todo esto es un escándalo si ocurre en una empresa privada y delata la condición cochina de quien así se comporta, pero carece de calificativos cuando tiene lugar en la administración pública y en la alta política, con una falta absoluta de ejemplaridad y defraudando el dinero de los españoles.

Julián Quirós ( ABC )