
DEBILIDAD Y PRISA
La perspicacia, la capacidad de profundizar y entender el mensaje de la ciudadanía y el sentido común son tres cualidades fundamentales para cualquier político que quiera hacer carrera y servir de verdad al interés general, y no al pacato y mezquino corto plazo.
Esa mirada moral y de altura que se espera de quienes aspiran a gobernarnos ha desaparecido en la llamada «nueva política». En definitiva, más viejos y casposos que Matusalén. Aquí la diferencia está entre los que hacen buena o mala política. Y así, desde Aristóteles.
Que Rivera no vea la oportunidad que se le brinda no exime de responsabilidad alguna a Sánchez, quien está recibiendo la misma medicina que él dispensó, desde la inmadurez y la desmesura. La victoria socialista fue a todas luces raquítica.
Le siguen faltando 53 escaños para arrancar y, después, otros tantos para gobernar. Aunque Sánchez está encantado con dejar pasar los días, ver crecer las canas y organizar barbacoas en La Moncloa. Y, además, ha llegado Vox para ayudarle a mantener ese estado de las cosas, aunque habían dicho que venían solo a defender España.
El Astrolabio ( ABC )