CÓDIGO ÉTICO
-Sabemos los tabernarios que al considerar muchos de lo que esto leen que somos gente de baja estofa, calaña reprobable y dados a la chirigota y al tocagüevismo y dándose igualmente el caso, de que entre nuestros seguidores hay mu malos bichos, muchos de vosotros estaríais ya impacientes por que le dedicáramos una taberna a lo de la Nasa pañola…¿Verdá?
-Tentados estábamos y de hecho, los carajas y el orujo estaban en la mesa; el lápiz afilado y la mala leche calentando banquillo, cuando de improviso, como en un pentecostés tabernario, la voz grave y sosegada de Platón, nuestro guía y fuente de luz, se manifestó en profunda reflexión y reproche, contra lo que consideraba un comportamiento deleznable de nuestros malos instintos.
-¡No podemos caer tan bajo!…¡Todo tiene un límite!…
-Y echando mano de nuestro “código ético tabernario” nos incitó a la conmiseración y a la bonhomía diciendo:
-¡Somos lo que somos y eso es loable!…Aguerridos y críticos con los malvados; duros con los réprobos; implacables con los traidores y si me apuráis feroces opositores de la tiranía; pero, ¡hermanos en la anarquía!, también somos humanos y con tiernos y amorosos sentimientos hacia los débiles de cuerpo y mente…
-Y dándose el caso, como sin duda se dan tales circunstancias, en la persona del tal ese que quiere montar una Nasa pañola,, debemos refrenar nuestra perversa condición y no cachondearnos de una pobre alma de cántaro que seguramente se ve obligado a “hablar por boca de ganso”.
-Así que por esta vez os vais a quedar con las ganas…¡Nuestro código éticos sirve de valladar y frontera entre el recochineo y la crítica despiadada al pobre “tonto del Gobierno” que lo mismo se tira por un barranco que se pone a “tirar cohetes”
-¡Que no estamos pa cohetes y menos aún pa petardos!
Agustin Muro