LA CRÍTICA, LA BURLA Y EL DESPRECIO
-Es un proceso que se da a veces, por una u otra razón…Empiezas criticando la actuación de alguien; un político por ejemplo…El interfecto se esfuerza en seguir en sus comportamientos, hasta el punto que comienza a ser un personaje risible…Y esto hace que se desencadene la burla.
-Pero el fulano insiste e insiste…Se rebota contra las críticas y se enroca en posiciones que tras la risa y el pitorreo, se degradan más aún; se desplazan hacia lo irracional, lo doloso e incluso lo bárbaro y eso conlleva la aparición del desprecio por parte de un observador mínimamente crítico.
-Dicho con un ejemplo, para que no queden dudas, aunque se que muchos amigos que esto leen, no las tienen: Un insignificante tipejo, inicialmente “macarra de ceñido pantalón, pandillero suburbial, hijo de la derrota… sobrino del dolor y primo hermano de la necesidad” (Sabina) irrumpe en política.
-Como hay más como él, alcanza una cierta notoriedad y se” lo montas de guapo y de matón, de golfo y de darle al canuto cantidad”…(Sabina otra vez)
-Las “titis”…¡bueno, eso me lo callo para no hacer de las víctimas, escarnio!…Pero a todas las que ha utilizado, de sobra son conocidas.
-¡ Pa que seguir!…la canción del Sabina acaba mal ya que “antes de palmar le ilusiona que lo saquen en televisión”.
-Y en eso están algunos…En la caída libre que va de pasar de ser acreedor de críticas, al ridículo más espantoso y finalmente al desprecio del personal mínimamente comprometido con elementales principios éticos en lo individual y democráticos en lo colectivo.
Agustin Muro