
DEUDA, O CADENA PERPETUA… TANTO DA
Andan muy atareados estos días en el seno del Gobierno español vendiendo a través de algún que otro medio afín las bondades de una de sus propuestas estrella ante Europa. Una medida de presión mayor que me recuerda a tiempos no tan pasados y de la que por cierto nos costó mucho desprendernos por sus graves consecuencias económicas y sociales, pero que podríamos revivir y reavivar de ser aceptada tal cual se vende.
Me refiero a esa propuesta que España lleva hoy al Consejo Europeo virtual, dentro del marco de negociación para llegar a un acuerdo sobre el presupuesto europeo para 2021-2027.
Pero en concreto, hablo de ese plan para financiar la reconstrucción de los países miembros por el impacto del coronavirus en sus economías, que, según Sánchez, pasa por crear un fondo adicional de hasta 1,5 billones de euros (en lo que parece haber consenso porque ya se habló días atrás, pero que no es idea original del equipo del triunfo de La Moncloa), financiado con deuda perpetua y vinculado al presupuesto de la UE. ¡Pues solo con el calificativo de «perpetua» me tiembla hasta la médula!
Una deuda por cierto que todavía coleaba en tiempos de Franco, de hecho era muy habitual (¿lo sabías presidente?), y que España no neutralizó hasta 1998, a través del Tesoro bajo la dirección general de Jaime Caruana. Entonces, ¿regresamos al pasado o intentamos no dar más palos de ciego poniendo parches que lastren aún más a generaciones futuras?
Porque una cosa es deuda a muy largo plazo (50 años) y otra bien distinta, y me atrevería a decir que impresentable, hablar de deuda perpetua. Porque si es tan buena idea, ¿por qué no tira de ella ningún país serio?
No está de más recordar que hay países en la actualidad que están al borde del «default» (quiebra), precisamente por la losa que supone para sus economías la dichosa deuda pública que se les antoja más perpetua que nunca.
Y si no ¡que se lo pregunten a los argentinos! que legislatura tras legislatura, es ya un eufemismo que utilizan los gobiernos para resumir los problemas económicos que heredan de la administración anterior. A día de hoy, más de 300.000 millones de dólares que se le deben a bonistas, organismos de crédito y agencias del sector público. Peccata minuta (leve falta) que diría aquel.
Y en esas que aparece en escena, en su obligado retiro coronavírico por cuarta vez consecutiva, la ministra de Igualdad, Irene Montero, afirmando sin vergüenza alguna que su modelo para salir de la crisis económica provocada por la epidemia es la Argentina peronista.
¡Pues ya sabemos por dónde vienen los tiros! «Hoy Argentina no puede pagar nada», ha reconocido su ministro de Economía, Martín Guzmán. ¿Entonces, de qué hablamos ministra? ¿Proponemos a Europa la posibilidad de dejar a España al borde del abismo cual país peronista?
Deuda, o cadena, perpetua, tanto da, hoy, sobre la mesa.
María Jesús Pérez ( ABC )
viñeta de Linda Galmor