
EL DUELO DEL HIMNO: PITOS DEL BARÇA Y EL » LOLOLO » DEL SEVILLA
Los cánticos de la afición andaluza neutralizan la pitada azulgrana.
La Policía requisa camisetas amarillas a la entrada del Metropolitano.
Se ha convertido en la más paradójica de las tradiciones. La final de la Copa del Rey. Como si el Barça, empeñado en ganarla, encontrara el morbo en la polémica de las tribunas. Un escenario para que sus aficionados -no todos, pero sí la mayoría- dé rienda suelta a su mala educación y sus fantasmas. Y con proyección mundial. Un minuto de gloria en forma de pitada al himno nacional y de bronca al Rey que se volvió a repetir en la edición de 2018. Aunque en esta ocasión, la afición sevillista neutralizó los silbidos con sus cánticos.
Como viene ocurriendo ya en las cinco finales consecutivas que ha disputado el Barcelona desde 2014 -aunque en 2009 y en 2012 se produjeron dos de los más estruendosas broncas cuando los culés coincidieron con el Athletic en Mestalla y el Calderón-, se repitieron todas las rutinas. Hubo una tarde sin incidentes en los alrededores del Wanda Metropolitano, que se estrenaba en una final (le aguardan tantas…), hubo esteladas y toda la libertad de expresión para faltar al respeto al himno nacional.
También hubo banderas de España del lado sevillista, que intentó contrarrestar la pitada entonando fuerte el «Lo, lo, lo, lo» del himno. Cánticos de «Viva España» y «Yo soy español» contra los de «Independencia». El precioso himno del Arrebato desgarró la noche primaveral madrileña. Y luego, también empezó un partido de fútbol.
Un grupo de chavales, en una de las entradas principales, donde accedían tanto aficionados del Barça como del Sevilla, repartían banderitas españolas. Preguntados por EL MUNDO, no estaban motivados por ninguna organización política. Sólo era una iniciativa propia. La mayoría recibía bien el presente, algunos respondían con un «Viva España». «Otros lo rechazan. Y alguno la coge y luego la tira y la pisa», describía uno de los voluntarios.
El Mundo