
Nadia Calviño ha sido la última en caer en esa propensión gubernamental a imitar al avestruz. Le pasó a Escrivá, también a Tezanos, y ahora a la vicepresidenta económica.
Cada vez que se sorprenden de que la realidad no se ajusta a sus presunciones, deciden que quien tiene que rectificar es la realidad, y rápido.
Cuando un ministro de Sánchez, o similar, esconde la cabeza bajo la tierra, para escapar de lo que todos vemos, vuelven a levantarla con unos sorprendentes papelitos donde se asegura que la realidad inventada, la suya, es más científica y real que la que vemos los demás.
Esta es la manera con la que el ministro de Seguridad Social ha logrado cuadrar la reforma de
las pensiones, a base de martillazos en las tablas excel.
Y la vía del director del CIS para multiplicar los panes y los votos del PSOE. Y Calviño (harta del INE, del FMI y del resto) se inventa un indicador según el cual la economía española ya está por encima del nivel prepandemia, cuando seguimos seis puntos por debajo.
Julián Quirós ( ABC )