
EL CONTRIBUYENTE
En este diario hemos mantenido reiteradamente que otra política fiscal es posible en España. De igual forma, hemos advertido con insistencia al Partido Popular sobre lo mucho que su empecinamiento le distanciaba de sus votantes. No era una pataleta, como injuriosamente algunos dejaron deslizar, sino la reflexión serena acerca de una Agencia Tributaria que se lleva por delante el principio sacrosanto de la presunción de inocencia, al considerar culpable a todo ciudadano y ejercer un abuso de autoridad impropio en una sociedad avanzada, hasta convertir en súbdito al contribuyente.
Sobre todo ello han reflexionado días atrás, en Granada, algunas de las cabezas más lúcidas del Derecho tributario y fiscal español. Nadie cuestiona que haya que pagar impuestos, pero sí es un clamor extendido por todo el país que la relación de la Hacienda con la ciudadanía debe ser otra, basada en una vocación de servicio y colaboración.
El inspector ha de evitar actuar como un comercial obsesionado por su bonus de fin de año y demostrarse un servidor público, consciente de que en toda ecuación lo prioritario es el contribuyente.
El Astrolabio ( ABC )