
EL GOLPE DE ESTADO
Lo bueno del golpe de estado de Puigdemont es que lo ha anunciado. Sabemos la fecha, sabemos que estará precedido por un referéndum ilegal y conocemos la ridícula «ley suprema» que pretende fundamentarlo. El adjetivo de «suprema» es realmente maravilloso.
Conduce directamente a los delirios totalitarios que glosaba Ismail Kadaré cuando caricaturizaba el régimen dictatorial de Albania. Allí, también, era todo «Supremo». A los aspirantes a la omnipotencia les gusta la adjetivación generosa. Hace poco una niña venezolana se refería a Maduro como «mi líder eterno». La sacaban en la tele, claro.
Todo lo que intente la Generalitat secesionista será ilegalizado por el Tribunal Constitucional.
Cristina López Schlichting ( La Razón )
viñeta de Linda Galmor