
EL OBJETIVO ERA NO RENDIR CUENTAS
Tras cercenar durante semanas el derecho a la información, Moncloa se ha visto obligada a escenificar el fin del sucedáneo de ruedas de prensa que venía protagonizando, en las que un gatekeeper del Gobierno cribaba las preguntas que veía inconvenientes.
Ayer varios medios pudieron preguntar a diferentes ministros en vivo. Nos sigue escamando que no se admitieran repreguntas, así como la inverosímil cantidad de dificultades técnicas que parece conllevar una videoconferencia en 2020. A la espera de subsanar estas deficiencias, nos felicitamos con aquellos medios que se negaron a seguir formando parte de una anomalía democrática. Otros prefirieron seguir siendo cómplices de la mascarada, pero ahora también se beneficiarán.
La rectificación llega tras la denuncia y el plante de EL MUNDO ante semejante fraude, denuncia que encontró gran respaldo social. La petición era lógica y, como se ha mostrado, de sencilla solución.
No haberlo hecho así desde el inicio de la crisis demuestra que el objetivo del Gobierno era no rendir cuentas públicas sobre su gestión, atribuyéndose unos poderes desmesurados para amordazar la labor de control de la prensa en los peores momentos de la pandemia. No queremos mítines sino la verdad de lo que está pasando.
El Mundo
viñeta de Linda Galmor