EL POSTUREO DE SÁNCHEZ

SANCHIFICADO SEA SU NOMBRE
por Monsieur de Sans-Foy

¿Y qué culpa tiene el pobre
Pedro Sánchez de mi alma,
si le adoran los fotógrafos
y le idolatran las cámaras?
Y es que tiene esa sonrisa
natural, discreta y pánfila,
del que nunca ha roto un plato
ni ha pelado una castaña.
(Porque a Pedro se la pelan,
que por algo es un jerarca).

Y por eso su Gobierno,
que es de muy poca sustancia
y no tiene más apoyos
que escorpiones y pirañas,
va a ser una divertida
sucesión de fotogramas:

en la tumba del Caudillo,
una vez desalojada,
se retratará en cuclillas,
que es la pose de hacer caca.

Por dar cancha a los indepes,
que están siempre a la que salta,
una foto en la Cibeles,
con camiseta del Barça.

Otra en Ceuta o en Melilla,
manejando una cizalla
para abrir de tapadillo
las costuras de la valla.

Otra foto, con Urkullu,
facturando para casa,
entre vítores y aplausos,
a los últimos etarras.

Y la foto del verano,
en las dunas de Doñana,
dando el brazo a Ángela Merkel
y cremita por la espalda.

MI APUESTA
por Fray Josepho

El vértigo fatal del postureo
irremisiblemente te ha atrapado.
Te pirras por mirarte retratado
y por verificar que no eres feo.

Precisas del diario regodeo
del espejito mágico, tu aliado.
Te sientes complacido y halagado
con ese narcisista coqueteo.

Como dice Sanfuá, que es mi colega,
en esta temporada veraniega
de foto en foto irás pegando tumbos.

Y me apuesto una gónada a que sales
marcando en la toilette abdominales,
con el pelo revuelto y en gayumbos.

Libertad Digital