
¿Es exagerado llamar criminales a Prieto, Largo y Negrín, tres dirigentes históricos del PSOE, iconos del PSOE actual? Expondremos aquí sus principales hechos, empezando por el siguiente: al perder las elecciones en noviembre del 33, planearon imponer en España un régimen al estilo del de Stalin. Lo decían por activa y por pasiva, sin disimulo.
El plan “a la soviética” de Prieto, Largo y Negrín en 1933 exigía, en sus propias palabras, una guerra civil que debía triunfar con una “dictadura del proletariado”, es decir, del propio PSOE. Y lo llevaron a la práctica en octubre de 1934, pretextando un fascismo que sabían inexistente. Esto lo he documentado en Los orígenes de la guerra civil y ahora en La Segunda República Española: nacimiento, evolución y destrucción de un régimen, que saldrá el próximo día 18 a las librerías.
La insurrección armada patrocinada por Prieto, Largo y Negrín en 1934 fracasó en dos semanas dejando un rastro de sangre: 1.400 muertos. Más destrucción de gran número de edificios, iglesias, bibliotecas, obras de arte, fábricas, robo del equivalente a 20 millones de euros en los bancos, etc. Pese a su derrota, los jefes socialistas –salvo Besteiro, que lo condenó desde el principio y fue marginado– elogiaron su guerra civil (afortunadamente corta) como una gran proeza revolucionaria inspiradora para otras futuras.
El sangriento crimen de octubre del 34 lo realizaron Prieto, Largo y Negrín en complicidad con los separatistas catalanes al mando de Companys, que también se rebeló contra la república y la democracia, declarándose “en pie de guerra” contra el resultado electoral.
Hoy, el actual gobierno socialista-comunista sigue considerando aquellos delitos como un honor de su historia, y a Prieto, Largo y Negrín como iconos del socialismo. Y amenaza tiránicamente con perseguir a quienes discrepen.
Pío Moa ( El Correo de España )