La canalla y la desvergüenza socialista no puede llegar más lejos, es el colmo de la indignidad y de la miseria humana. Me daría vergüenza tener en mi cartera el carné de un partido tan miserable como ese.

No respetaron la tumba de Franco y ahora quieren hacer lo mismo con la de José Antonio, una excusa, como otra cualquiera, para demoler la Cruz del Valle de los Caídos ya que, si se convierte, como pretenden, en un cementerio civil, ¿qué pinta la Cruz más grande del mundo presidiéndolo?

De paso quieren ocultar que a José Antonio lo mataron ellos amparándose en una farsa de juicio en el cual, antes de iniciarse la primera sesión, ya estaba condenado a muerte pese a no tener nada que ver con e Alzamiento del 18 de julio pues ya estaba encarcelado desde el mes de marzo de 1936, no volviendo a salir hasta que fue asesinado en Alicante, amparándose en un juicio sin las mínimas garantías judiciales.

Algo similar pretenden hacer con la memoria de Calvo Sotelo al que, en una camioneta del Cuerpo de Seguridad, en la que viajaban policías, guardias civiles y sicarios del socialista Indalecio Prieto, fueron a buscar a casa para darle un “paseo”, asesinándolo, vilmente, con un tiro en la nuca, y arrojando su cadáver en las tapias del cementerio de Madrid.

Ahora se explica ese pacto con los filoetarras, tan aficionados al tiro en la nuca, para sacar adelante esa ley que no busca otra cosa que lavar la cara de una izquierda que ha cometido las peores tropelías y los asesinatos más viles y crueles a lo largo de nuestra historia nacional y, de paso, enfrentar a los españoles.

Es indigno de gente de bien, aunque claro eso no lo puede entender esta izquierda rencorosa y sectaria, perturbar el sueño de los muertos y mucho más si con ello se pretende ocultar páginas de nuestro pasado en las que su comportamiento ha puesto de manifiesto su catadura moral y humana que no merece el mínimo respeto.

Es triste que un tipo, apoyado por todo lo peor y lo más miserable que hay en el panorama nacional -comunistas, golpistas, filoterroristas, perroflautas, etc.-, se valga de cualquier subterfugio para perpetuarse en el poder y mucho más lo es si con ello pretende reescribir la historia a su gusto y merced a ello lavar la cara a un puñado de viles asesinos -chequistas, milicianos, etarras, etc.- que tanto dolor han causado en nuestra Patria.

Este siniestro individuo quiere que nos olvidemos de quien asesinó a José Antonio y a los miles de españoles que murieron simplemente por no querer ser gobernados por una izquierda odiosa, y para ello, para que nadie se haga preguntas ni trate de saber quién y porqué los mataron, ocultar sus cuerpos en perdidos cementerios y para visitar sus tumbas y depositar sobre ellas un ramo de flores tener que pedir permiso a la autoridad competente.

Espero y deseo que la venganza de los muertos caiga sobre todos los que están cometiendo esta iniquidad y que el pueblo español despierte de una vez y eche a patadas a esta miserable gentuza.

Estoy seguro, así lo están demostrando las elecciones, que a los sociatas y a su perverso mariachi les queda más bien poco en el machito y que, cuando por fin los echemos, los que vengan no solo deroguen estas leyes injustas, sino que también sienten a más de uno en el banquillo de cualquier tribunal, acusándolos de volver a crear dos Españas solo por el hecho de seguir ellos viviendo de la mamandurria.

Afortunadamente, no tengo amigos socialistas ni tampoco los quiero y espero que los que todavía sigan militando en sus filas se den, cuanto antes, de baja.

Eugenio Fernández Barallobre ( El Correo de España )