
ESPAÑA, A 19 DE ABRIL DEL 2020
Vamos a punto y seguido y al grano porque si no, no cabe: Más de 20.000 muertos, a fecha de hoy y contando solo los que el Gobierno quiere que se cuenten. Rondando los 200.000 infectados oficiales dos meses después de que Sanidad afirmara que apenas esperaba «un par de contagios» de Covid-19 en España.
Cada semana el parón le cuesta a la economía entre 20.000 y 40.000 millones de euros. Solo en marzo, 833.979 empleos perdidos. Casi cuatro millones de trabajadores afectados por un ERTE y la ministra de Trabajo explicando, como si fuera «Barrio Sésamo», que los ERTE no son paro sino «como un permiso de maternidad».
Más de 1.100.000 autónomos pidiendo una prestación por cese de actividad a mediados de abril después de que Hacienda les pasara la cuota de marzo. Sanidad compra más de 600.000 test rápidos que no valen para nada. Dos semanas después, retira 350.000 mascarillas defectuosas que ya había comenzado a repartir.
Cerca de 30.000 sanitarios infectados, récord mundial. El CIS de Tezanos sugiere que se publique solo lo que diga el Gobierno sobre el coronavirus, el resto a callarse. El ministro de Interior ordena drenar las redes sociales para detectar «discursos peligrosos». Un vicepresidente del Ejecutivo la emprende contra el Rey y sugiere un cambio de régimen político.
El portavoz podemita en las Cortes arremete contra un empresario que dona millones de euros contra la pandemia. El ministro de Consumo alardea de que hayan bajado mucho las apuestas deportivas… cuando no hay competición en ningún lugar del mundo salvo en Bielorrusia. La vicepresidenta primera, gran defensora de la Sanidad pública, ingresa en una clínica privada para curarse un coronavirus.
Su compañero en el gabinete y ministro de Ciencia afirma que puede que en España fallezca más gente «porque en otro país ya se habrían muerto antes de la pandemia», pero vaya usted a saber. España es el país con la tasa de mortalidad por Covid-19 más alta de todo el mundo y un experto de la OMS dice que «no es casual».
La biblia-progre en papel prensa, «The New York Times», critica sin matices la gestión de Sánchez. El FMI vaticina que el PIB español caerá un 8 por ciento y que el paro se disparará al 21, las peores previsiones de países de su tonelaje. Hace dos semanas ya se habían destruido 122.000 empresas. El CIS de Tezanos, sin embargo, afirma que el 52 por ciento dice que la economía va como un tiro. El PSOE anima por escrito a sus militantes a atacar a la oposición.
La presidenta del Congreso mantuvo cerrada tres semanas la Cámara impidiendo el control al Gobierno, las mismas tres semanas en que Moncloa elegía las preguntas que se le hacían al presidente y a los ministros en esas ruedas de prensa sin prensa.
El CIS de Tezanos dice que el 97,3 por ciento de los españoles respalda las medidas de Sánchez y a Adriana Lastra, seguramente, se le hacen pocos. 7,4 millones de niños encerrados más de un mes en casa. ERC y Bildu, socios o avalistas del Ejecutivo, promueven que se despenalicen las injurias al Rey y los ultrajes a España. Sánchez se convierte en el primer presidente del Gobierno que negocia con los proetarras…
Impresiona verlo así todo seguido. Y visto todo esto, ¿pueden ya los españoles empezar a criticar y a quejarse sin que les llamen fachas?
Álvaro Martínez ( ABC )