
ESTO NO ES LO QUE PARECE
Cuando un alguien dice “esto no es lo que parece” solo puede ser un hombre que ha engañado a su mujer, o un político hablando del coronavirus, porque ante la insoportable cantidad de fallecidos, con el drama de sanitarios infectados y ancianos que caen en soledad y silencio, resulta imprescindible y muy sano socialmente pedir disculpas a las víctimas alguna vez, aunque solo sea como gesto de empatía con los que más sufren.
Cualquier psicólogo podría explicarle a quienes aún no lo han entendido la importancia del acompañamiento afectivo a las víctimas, porque por más que el guionista de Love Story hiciese famosa la frase “Amar significa no tener que decir nunca, lo siento”, aquella era una gran mentira porque casi siempre una disculpa es una señal de afecto hacia la persona que sufre.
Cuento esto porque, aunque al llegar a la lectura de esta línea ya estén unos cuantos afilando la punta del lápiz para lavar el honor de sus héroes que casi siempre son los miembros del gobierno en vez de las víctimas de la pandemia, hoy quiero hacerle un reconocimiento a la Ministra de Defensa, Margarita Robles por su empatía con quienes lo pasan mal, y al mismo tiempo señalo a Grande Marlasca como alguien que está despilfarrando la buena imagen que se había ganado a pulso antes de dedicarse a la política.
Robles ha reconocido con naturalidad y humildad que a veces han cometido errores, pero Marlasca insiste en que ni él ni el gobierno tienen nada de los que arrepentirse.
Los dos son jueces, ambos han hecho una prestigiosa carrera en el ámbito del tercer poder del estado, forman parte del gobierno de España como ministros de Defensa e Interior, aparecen como independientes en el ejecutivo porque no están afiliados al Partido Socialista y son miembros del Comité de Crisis que gestionar la ejecución de las decisiones que se adoptan para controlar la pandemia.
Todo eso indica que sobre ellos recae una singular responsabilidad que incluye no solo una gestión eficaz sino también la comunicación a la ciudadanía de lo que hace el gobierno.
Pues bien, en mi opinión, la diferencia entre Robles y Marlasca está en que la ministra actúa con inteligencia, con dignidad y con respeto a los ciudadanos cuando, sin flagelarse innecesariamente reconoce que a veces se cometen errores y pide disculpas por ellos, mientras que el Jefe de la policía y la Guardia Civil prefiere que la propaganda a la realidad, ha dicho que “ni él ni el gobierno tienen ninguna razón para arrepentirse de nada”
Ella algún día volverá a la judicatura, pero Marlasca preferirá seguir en el activismo político.
Diego Armario