
EL FIN DEL TRAYECTO
La clave para Puigdemont es que tras el 1-O la pelota esté en otro tejado que no sea el suyo. Ya sea en el del Gobierno español, en el Congreso con la alternativa de una moción de censura contra Mariano Rajoy aprovechando la confluencia con Podemos, o en la UE, que, al menos, podría reconocer la consulta soberanista como una gran movilización que supondría un reto político europeo de primera división.
Más allá de eso, no hay otra estrategia que victimizar a los políticos independentistas que sufran los efectos legales de haber colaborado con el referéndum. Unos consecuencias legales que ya se dan por descontadas.
El Confidencial