IGLESIAS

Es graciosa la pelea por ser más «feminista» que nadie en el Gobierno y aledaños, revelada a raíz del la ley contra la violencia sexual, cuyo lema parece parido en una asamblea de radicales donde corre mucho alcohol, droga blanda y empoderamiento: «Sola y borracha quiero volver a casa» (carne de meme y de mema), y para quienes el feminismo multiculti -fanatismo digno de mejor causa- no contempla marchar por las mujeres de Kabul, Teherán o Ciudad Juárez (o por las gitanas).

No podían quedarse atrás las socialistas Calvo y Lastra, celosas de tanto celo; la ley debía estar para el 8-M y el Congreso de Leganés en que se avalará el fin de la (absurda) autolimitación de salarios y mandatos.

 Menos gracia tiene que Cs y PP sigan al rebaño. Solas y lúcidas, muchas querrán quedarse en casa. A distancia oceánica, amazónica, de la nueva Iglesia.

Tadeu ( El Mundo )

viñeta de Linda Galmor