
IRRESPONSABLE
En democracia, al lado de la libertad, se encuentra la responsabilidad. Tendemos a olvidarnos de que nuestros actos y palabras implican consecuencias y, en todo caso, nos encanta vivir sin asumir deberes ni culpas.
La inmadurez de la ciudadanía ya la paga el conjunto de la sociedad, pero se convierte en peligrosa patología cuando son los gobernantes los que incurren en esa falta de exigencia y creen que todo es posible.
Sánchez, el hombre de las cosechas electorales históricamente exiguas, lleva unos días prometiendo «el oro y el moro», como si el dinero público creciese en los árboles y como si no existiera deuda.
Lo peor es que lo hace en plena desaceleración económica mundial y con los organismos internacionales advirtiendo a España de que caemos a mayor velocidad que el resto.
Es una vieja historia. ¿La recuerdan con Zapatero, en 2008? ¿Les suena aquel debate entre Solbes y Pizarro? Resulta que Pizarro tenía razón, aunque las tertulias televisivas se la negaran.
En otro gesto de irresponsabilidad, Sánchez hace ahora campaña comprometiendo lo que no puede. Y la pregunta es: ¿quién lo va a pagar?
El Astrolabio ( ABC )