De todos es sabido de que las leyes deben ayudar a la convivencia de los ciudadanos , y no al revés , que es , por desgracia lo que está ocurriendo con demasiada frecuencia en una desmembrada , desvencijada , España , donde los odios han vuelto a aflorar con aquellos rencores atávicos de nuestra Historia .

“ De todos contra todos”  pues ya no hay solo dos Españas enfrentadas , si no que se han ido multiplicando en progresión  aritmética, donde cada uno va a lo suyo , y caiga quien caiga : Es lo que tenemos gracias a unos políticos que mantienen todos un espectáculo lamentable.

Recuerdo una Conferencia sobre el Impuesto de Solares  la que asistí en la extinta Cámara de la Propiedad Urbana de Valladolid , donde el compañero abogado la inició con una frase lapidaria que venimos padeciendo desde ese 1980 . “Señores hemos pasado de ciudadanos a contribuyentes “  

Y ese contribuyente cuando tiene un  litigio y se ve inmerso en un procedimiento Civil , Contencioso Administrativo o Laboral , independientemente de los alegatos de su abogado , DESEA SER ESCUCHADO PERSONALMENTE ,  Y conforme al Artículo 301 de la Ley de Enjuiciamiento Civil ,que dice textualmente:

Cada parte podrá solicitar del tribunal, el interrogatorio de las demás sobre hechos y circunstancias de los que tengan noticias, y guarden relación con el objeto del Juicio.

Con un mimetismo absurdo del Art 579 de la antigua Ley Procesal que data de 1881, no puede hacer aquellas puntualizaciones, que él o ella sólo conoce, y que son muy necesarias para que el Juzgador conozca todos los elementos objeto del debate para poder dictar una Sentencia conforme a Derecho .

Se le queda la cara parada. Se queda atónito, porque la otra parte se expresa y en cambio este justiciable no puede hacerlo, y lo mandan  callar , sencillamente porque el abogado contrario no ha pedido su interrogatorio . Así de simple , y a la salida de la Vista , desorientado , con reproches a su letrado , y dentro de toda lógica , le inquiere al mismo , espetándole ¿yo cuando hablo? ¿ y Ud. porque no me ha preguntado ?

Los procedimientos judiciales , desde su inicio , son criaturas vivas , porque durante el mismo y a la vista de las contestaciones de la demanda , y del propio devenir del juicio , es donde aparecen una serie de matices, detalles, a veces esenciales, que la propia parte con el auxilio de su letrado podría ilustrar al Juzgador , y quedan en el aire , por tanto , cuestiones muchas veces importantes , que benefician a quien se escuda en el silencio de la otra parte , y que los testigos o documentos no pueden suplir en este momento, donde el principio de inmediación para el Juzgador es tan importante , por lo que desde esta Tribuna planteo para que el legislador , sopese y modifique la Ley en este sentido , a fin de que ese contribuyente tan maltratado,  se sienta oído y sus argumentos ratifiquen con precisión los que se expresaron en la demanda o contestación por parte de su abogado , y así está amparado por el principio general de Derecho, “de que nadie puede ser condenado sin ser oído” , por lo menos con el derecho de la última palabra , cuyo trámite se concede como Diligencia Final  en la Jurisdicción Penal.

Además, en lugar de que los interrogatorios de las partes sean al principio del juicio , es aconsejable  que se practiquen al final , para que , el justiciable , a la vista de las pruebas practicadas ,pueda expresarse con más conocimiento de causa 

Se puede argumentar de contrario , que para ello este contribuyente esta defendido por Abogado , que como la etiología de su palabra  “ Ad Vocat”, “Es decir , hablar en nombre de otro , pero repito , en todo procedimiento surgen cuestiones , a veces impensables en su inicio , que requieren la concreción del que pide justicia , porque así , la Jurisdicción Penal se Lo otorga al imputado , cuyo Abogado puede pedir su interrogatorio .¿ No es, por tanto ,  una contradicción? Creo que si.

A pesar de la alta política demagógica, en que  nos encontramos, seguimos huérfanos de la aquella  que solucione y armonice las cuestiones humanas sencillas, que priorice la importancia de las pequeñas cosas , y que en este país hemos olvidado .

Paz y Bien .

Federico Roca de Torres ( El Correo de España )