
LA CULTURA DE PABLO IGLESIAS
Pablo Iglesias es muy dado a usar las redes sociales, para lanzar sus mensajes/eslogan a los más idiotas* de sus votantes. También es práctica habitual en él hacer una exhibición cultural, que no sé hasta qué punto se corresponderá con la realidad; no es que uno piense que no sea un tipo leído –que seguramente lo será- sino que si la cultura, en lo personal y aceptando una definición que leí hace ya algún tiempo, es un poso que queda en nosotros después de haber olvidado lo que aprendimos, ese sedimento no es siempre el mismo en todos los individuos.
Pero Pablete, en su papel de eterno adolescente, parece que se empeña en hacer alarde de lo último que ha leído, para epatar al personal, hasta el punto de ponerse en el más absoluto ridículo, sobre todo cuando pretende competir con gentes que sí tienen ese poso con solera que es la cultura. No quiero dar nombres, pero seguro que todos recordamos capítulos en que esa arrogancia ha rayado en lo grotesco.
Ahora tenía que estar en contra de la Toma de Granada (parece que el distintivo de este tipo de “intelectuales” –él, Rufián, etc.- es estar en contra de todo, por sistema). Y para ello, nada mejor que matar dos pájaros de un tiro, disparando, vía Twitter, contra Esperanza Aguirre y contra el hecho de la reconquista granadina, con una contundente, a la vez que zafia frase: «Espero que Esperanza Aguirre no admire también los hábitos higiénicos de los reyes católicos. Patrioterismo rancio, inculto y reaccionario».
Es evidente que ha querido torear de cara a la galería de sus adláteres, culturizándoles con la anécdota, que posiblemente él desconocía hasta hace poco, de las costumbres higiénicas de los Reyes Católicos y más concretamente en las de Isabel. Pero, qué podría hacer más gracia al niño Pablito que una anécdota sobre la guarrería de una reina; y qué podría hacer mejor que compartirla con sus seguidores.
En segunda derivada nos habla del “patriotismo rancio y reaccionario”: nada mejor que esos dos epítetos para referirse a alguien del PP, claro. Pero que tache a Aguirre de inculta, por suponer que desconocía esa anécdota tan necesaria para el buen funcionamiento de España, me parece excesivo, más que nada porque, aunque él se haya enterado recientemente de esa anécdota, estoy seguro que Espe lo conocía, como la mayoría de personas mayores de edad de nuestro país y no pocos de los menores.
• Uso la palabra “idiota” en su sentido original, aquel que le dieron los griegos de la Grecia clásica.
viñeta y texto de: Juan Alonso