LA DEBILIDAD DE SÁNCHEZ

Alguien debería explicar cuál es la razón última por la que Otegui, Esquerra Republicana y los restos de los restos de Puigdemont, es decir, todas las excrecencias políticas que confabulan contra España, quieren que gobierne Pedro Sánchez.

Tal vez sea por lo poco que éste cree en su propio país, o por su incultura política, o por su carencia de principios, o por su escasísima fe democrática, o por que tenga la tentación de indultar a los golpistas, o porque cree más en el federalismo asimétrico, o porque tal vez es el más débil de los presidentes que han pasado por La Moncloa, aunque se envuelva en fatuas formas de autoritarismo.

Por lo que sea, lo cierto es que Sánchez, el que confunde resistencia con contumacia, es el candidato preferido de la extrema izquierda y del independentismo. Si el fundador del PSOE levantase la cabeza pediría volver urgentemente al otro mundo. En esto se ha convertido su partido: en una organización que actúa contra la mayoría de los españoles y que se limita a ser una maquinaria para garantizar los anhelos personalistas de un líder débil.

El Astrolabio ( ABC )