LA FALACIA COMO DEFENSA

Un amplio aparato de propaganda y una nutrida delegación de nacionalistas, con Artur Mas a la cabeza mostrando su apoyo a Francesc Homs, buscaban convertirlo en un mártir de la causa. Todos a una llegaron a las puertas del Tribunal Supremo: la portavoz de la Generalitat de Cataluña, Neus Munté, los consejeros Josep Rull o Meritxell Borrás, la plana mayor de la antigua Convergencia (aquel partido antiguamente amante del orden, burgués incluso), así como representantes de ERC y hasta de Bildu, evidenciando así que su estrategia es cada vez más intransigente.

Carteles de «I want to be free» y hasta una urna gigante de atrezzo para apoyar a quien fue consejero de Presidencia catalán. Nada nuevo: presión política sobre los jueces.

Antonio Martín Beaumont ( La Razón )