LA GUILLOTINA CATALANA

Mientras los independentistas sueñan con la república, los franceses se rinden al rey Macron. A la hora de exportar «grandeur» nada mejor que la guillotina. Apoteósico invento que en el caso catalán corta cabezas que siguen moviéndose como rabos de lagartija. Puigdemont tiene que practicar más el uso del artilugio mortífero. Si piensa que la cabeza de un conseller es pasto suficiente para los lobos está muy equivocado. Una vez acabada la digestión, las fieras quieren más, insaciable el apetito contra el disidente.

Puigdemont se acaba de hacer un Donald Trump. Si al fiscal no le gusta el veto migratorio me lo cargo. Si el conseller duda del referéndum, también. En la Cataluña soñada el diálogo se soluciona matando. Un café le duró al president el díscolo que estaba dispuesto a arder en la hoguera…

Pedro Narváez ( La Razón )

viñeta de Linda Galmor