
LA IRRELEVANCIA DEL COLETAS
El vicevicevicevicepresidente, es decir, el viceceropatatero, vulgo “El Coletas”, afortunadamente fue fulminado, reducido a la nada, es decir, a su ser, en el Consejo de Ministros del pasado sábado.
Este aprendiz de Maduro, el del tirito en la nuca y las maletas con oro, quemó sus últimas ínfulas de revolucionario frente a un Consejo de Ministros que no estaba dispuesto a llevar a cabo ningún capricho del bolchevique envalentonado por encontrarse en la tesitura de una sociedad en estado de debilidad, que por cierto acudió inesperadamente a tal Consejo y con el virus a modo de regalo a los allí presentes, toqueteándose su naripón revolucionario de tarde en tarde, un gesto repulsivo, además de su contaminante presencia que debió espolear una ofensiva verbal sin precedentes de los ministros constitucionalistas contra este personaje de chiste malo salido de una vida de mileurista y llevado a los altares de la baja política de la capital por mor de su discursito suave de curita bondadoso de aldea, una nana que atrapa incautos y muchachos jóvenes aún no desengañados por el teatro de la vida.
El Coletas, pues, tras siete horas de golpes al mentón de este nuevo rico por sus dotes de engañabobos, fue toreado como es debido, siguiendo las trámites previstos para todo cornúpeta: primero el picado para rebajar su odio a la constitución y democracia (un virus no entiende de fronteras), un primer par de banderillas en su chepa (el ejército está para ayudar al pueblo), de seguido un nuevo par (las eléctricas no se pueden nacionalizar en diez minutos), y otro más (si el virus es uno, España es una, so carajote, que llevas dos horas dando la coña con el Torra ese y el Urkullo de los cojones), por último esa estocada que entra por el borde superior de su gran joroba y termina con el torito (¿qué haces aquí, irresponsable, qué pretendes contagiar a todo el Gobierno?, ¿ese es el ejemplo que das a la sociedad, ir de aquí para allá tosiendo virus covicomunistas a tus compañeros del Gobierno y al Presidente?).
La aparición de los cuatro ministros que llevarán el peso de esta crisis sanitaria, el de Interior, Sanidad, Justicia y Transportes, el domingo siguiente por la noche, retransmitida a la vez por todas las cadenas de televisión, aún empequeñeció, hasta hacer desaparecer, la figura caricaturesca de este cuentista cuya aportación, intervención y papel en esta emergencia nacional ha sido la de estorbar y frenar la urgente toma de medidas de un gobierno que no ha sabido actuar varias semanas antes.
Siete horas de mascás, tortazos y patadas a este desubicado de la política constitucional, un correctivo inédito hasta ahora, al ser un apaleamiento grupal de todos los ministros contra uno de ellos, esperemos que haya bajado los humos al “Chepa de Galapagar”, gracias a Dios astutamente reducido por Sánchez “El Moncloador” a viceceropatatero desde su nombramiento y es de esperar que hasta el final de sus morados e inoperantes días de gobierno en coalición.
Gracias, presi, por esa genial idea de nombrar a este papafrita como vicevicevicevicepresidente, esto es, nada de nada, porque de haberle dado un cargo con sustancia, otro gallo nos cantaría y le cantaría también a usted.
El Correo de Madrid )
viñeta de Linda Galmor