
LA MENTIRA DE PROFESIÓN.
Por leer un artículo de la Constitución Española concerniente a los deberes de las Fuerzas Armadas, el otrora ministro de Defensa del Gobierno de Zapatero, José Bono, fulminó al Teniente General don Luis Mena Aguado, un soldado ejemplar. Ya había desalojado de la Jefatura del Estado Mayor del Ejército al Teniente General don Luis Alejandre Sintes, otro prestigioso y respetado militar sin tacha y sin esquinas.
En su libro de Desmemorias, Bono justifica su arbitrariedad «por haber insultado gravemente al Presidente del Gobierno». El General Alejandre, que me honra con su amistad y colabora con brillantez en las paginas de LA RAZÓN, jamás ha insultado a nadie, y menos a un Presidente del Gobierno.
Alfonso Ussía ( La Razón )