El Ministerio de Educación ha dado un paso definitivo para desmontar la prueba de selectividad para el acceso a la Universidad.

Desde ahora, será una prueba más fácil para los alumnos, no habrá que memorizar contenidos, y desaparecen materias relevantes propias de asignaturas como historia o filosofía, de modo que muchas de ellas serán evaluadas mediante criterios de «madurez académica», que no se sabe exactamente en qué consisten, y que supondrán el 75 por ciento de la nota.

La devaluación del sistema educativo con cada norma que se aprueba es notoria.

Cuando no es para ideologizar a los alumnos, sea cual sea su segmento académico, es para reducir el nivel de exigencia.

Y para colmo, el Gobierno rechaza una medida lógica que reclamaban muchas autonomías: un examen único para toda España para evitar agravios, arbitrariedad y desigualdad.

La selectividad será de todo menos selección.

ABC