
Pablo Iglesias es un leninista de libro. En las elecciones del día 4 en Madrid es mucho lo que se decide, ya que además, de alguna manera, se podrán ver reflejados sus resultados por casi toda la geografía española.
¿Libertad para qué? Es una de las famosas citas de Lenin. Se la dijo en 1920 al socialista español Fernando de los Ríos cuando visitaba la Unión Soviética. El leninismo viene a ser un enfoque y desarrollo del Marxismo, no solo ideológico sino también estratégico al objeto de instaurar el socialismo y el comunismo, que a veces se confunden.
Hay socialistas verdaderamente demócratas, los socialdemócratas, los hay marxistas que también se dicen demócratas aunque yo dudo que lo sean, y los hay que pululan, según les interesa, entre ambas posiciones, como es el caso del actual presidente del gobierno Pedro Sánchez.
A cuento de ¿libertad para qué? de Lenin hay que recordar que el líder de Unidas Podemos cuando una vez le preguntaron que eligiese entre comunismo y libertad, sin dudar respondió que comunismo.
Lenin dijo otras muchas cosas pero quiero destacar hoy una “no hay moral en la política solo hay conveniencia”, el carácter leninista de Pablo Iglesias se revela bastante bien en esta consigna.
Iglesias es un relativista de tomo y lomo, un gran demagogo, que lleva hasta la exacerbación la manida frase de que el fin justifica los medios. En estas elecciones ha ofrecido al electorado, engañándole políticamente, todo lo que ha creído conveniente en aras de conseguir sus votos. Uno de sus grandes embustes ha sido la promesa de dentista y gafas gratis para todos los madrileños.
Durante la campaña han sucedido tres hechos que me cuadran como leninistas. Primero el mensaje en Twitter atribuido a VOX, amenazando con expulsar de España a un emigrante senegalés nacionalizado español y candidato a la asamblea de Madrid por la lista electoral de Unidas Podemos.
En este caso el Twitter no se localizó después aunque pudo haber sido borrado, pero también pudo ser obra de alguien con interés torticero y suficientes conocimientos informáticos, que como las brujas haberlos haílos, y muchos. Piensa mal y acetarás dice el refrán.
En segundo lugar el escrache en Coslada a Pablo Iglesias. Aquí, que curioso, circularon fotos de uno de los acosadores con una insignia antisistema, lo cual no es muy lógico, ya que Dios los cría, seguramente a su pesar, y ellos gustosamente se juntan. Huele a chamusquina.
Por último las amenazas de muerte que recibió por carta el ínclito Sr. Iglesias, al igual que también las recibieron el Ministro de Interior y la directora de la Guardia Civil.
Vaya de entrada que la violencia es totalmente repudiable venga de donde venga, pero en este caso es que no sabemos si verdaderamente es violencia o un montaje. Si fuese cierto es intolerable y debería de caer sobre el autor o autores todo el peso de la ley.
Estas cartas nos ofrecen muchas sospechas en cuanto a su autenticidad. El que pasasen el scanner de correos, el que llegasen dos de ellas al ministerio del interior y otra a la sede de la Guardia Civil, el que fuesen enviadas en plena campaña, el que marcasen un nuevo rumbo de esta, la ausencia de pistas y/o huellas en la investigación, etc.etc.
Hubo así mismo otro suceso. El envío de un sobre a la ministra Maroto conteniendo una navaja con sangre, que en seguida se demostró que había sido obra de un perturbado mental.
No obstante tanto la Sra. Maroto como la Sra. Lastra, portavoz socialista en el Congreso, se lanzaron a acusar a la extrema derecha como culpables del suceso, eso sí, lo hicieron antes de que se supiese quien había sido el autor, después se callaron. No se si las dos socialistas son de la escuela de Sánchez, es decir socialdemócratas o marxistas según les interese, o simplemente son meros elementos y comparsas de una orquestada campaña electoral.
En la movilización del votante de izquierdas podría estar el verdadero objetivo de todos estos episodios. Los mismos se han utilización con fines propagandísticos y electorales.
Los hechos, tales como el meter miedo proclamando que hay que impedir que llegue al gobierno de la Comunidad de Madrid la extrema derecha, y la propuesta de cordón sanitario a VOX, nos han demostrado que esos fines han existido. ¡Leninistas!.
Yo me declaro Marxista, pero de Groucho, autor también de numerosas citas.
Especialmente me gusta esta “Jamás me olvido de una cara, pero en su caso estaré encantado de hacer una excepción”.
Miguel Hedilla ( El Correo de España )