LLANTO POR UN ALMA PERDIDA

Hoy te lloro,

aun sin lágrimas en los ojos, te lloro.

Porque mis ojos se han secado de repente

y me han gritado:

para qué nos quieres si Guillermo se ha ido.

Hoy te añoro,

y cuando menos lo espero

las lágrimas golpean los frágiles cristales de mis ojos.

Como viejas ventanas mis ojos cierro

la lluvia se queda fuera

el dolor, dentro.