LLEGÓ LA HORA DE ABRIR LAS VENTANAS

El resultado de las elecciones andaluzas va a brindar al centro-derecha una oportunidad de oro para testar su capacidad real de entendimiento en aras de un bien mayor. Los votos escrutados ofrecen la posibilidad histórica de desalojar al socialismo del Gobierno andaluz pero brindan también otra oportunidad única: la apertura de las ventanas de la Junta.

Tras casi 40 años sin alternancia política en Andalucía ya es hora de aplicar nuevas políticas que aumenten el desarrollo de esta comunidad y reduzcan progresivamente su dependencia de autonomías más ricas. Pero no es suficiente. El nuevo gobierno debe realizar una auditoría exhaustiva de las finanzas andaluzas para comprobar si la trama de los ERE desvelada en su día por ABC fue la excepción o el paradigma de un modo de gobernar al que la falta de cambio político pudo dejar sin higiene.

La pretensión de Ciudadanos de presidir la Junta de Andalucía pone en peligro esta necesaria apertura de ventanas, que fue promesa precisamente de Juan Marín durante la campaña electoral. El PSOE no puede entrar en la ecuación del nuevo gobierno como pretende Ciudadanos porque entonces tendría influencia para torpedear o retrasar cualquier intento de auditoría.

Así pues, las elecciones andaluzas serán la prueba del algodón para la formación que preside Albert Rivera porque revelarán cuánto le importa la regeneración democrática que tanto defiende porque si incluye a los socialistas en el pacto estará anteponiendo sus ambiciones políticas a la persecución de la corrupción.

El ensayo de la capacidad del centro-derecha para entenderse no puede, por tanto, orillar a Vox. La cercanía de los extremismos al poder nunca es positiva. Pero quienes argumentan que este partido no tiene legitimidad para entrar en la Junta por la radicalidad de su discurso deberían haber recurrido la admisión de su candidatura ante la Junta Electoral Central, antes de que se celebraran las elecciones andaluzas.

Al no dar este paso, aceptaron que las ideas de Vox, gusten o no, tienen cabida en una democracia. A partir de aquí, los votos que reciba son tan legítimos como los de cualquier otro partido. Y sus derechos son iguales a los de cualquier formación con representación parlamentaria. Como Bildu, cuyos dos diputados en el Congreso cobran todos los meses su sueldo público a pesar de que hacen pellas de un gran número de sesiones plenarias porque no se consideran obligados a acudir.

O exactamente igual que ERC y PDECat que promueven la independencia de Cataluña en contra de una Constitución que se comprometieron a acatar para poder acceder a su condición de diputados. Si se admite el extremismo por la izquierda, ¿cuál es el argumento para no admitir el extremismo por la derecha? Es más, si el discurso de Mariano Rajoy permitió la concepción de Vox, la extrema izquierda ha sido la responsable de su alumbramiento.

Ana I. Sánchez ( ABC )

viñeta de Linda Galmor