
Nuevamente se vuelve a reproducir lo que ya Manos Limpias denunció en el año 2005, ante el Defensor del Pueblo, ante el Secretario General de Naciones Unidas, y ante la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, para los Derechos Humanos.
Es de un cinismo sin límites, hablar de xenofobia por denunciar estos actos, pero la xenofobia la están practicando las autoridades, al tratar de imponer por la fuerza y de maneara delictiva la convivencia de los ilegales por la sociedad española.
El rechazo no es por su condición de raza, sino por ser ilegales y potencialmente delincuentes, si a ello añadimos el rasgo de infecciones tendría el Gobierno un delito contra la salud pública, sin descartar otro relativo al tráfico humano.
Miguel Bernad ( El Correo de España )