Queremos evitar la destrucción de España que conduce a lo peor como sería la guerra civil. Ni que decir que el mayor responsable es el PSOE, partido más corrupto y ladrón conocido, responsable de provocar aquella guerra civil como hoy inicia ésta. La joven izquierda fatal fue creada después de la transición y muchos no conocen ni a Franco al que dispensan un odio infinito. (Véase la Sexta o fábrica creadora de odio, por ejemplo)

La izquierda ideológica ya que no hay otra, existe desde mucho antes, si no, no hubiera podido inculcar e inocular tal odio a sus hijos y nietos. En ellos el odio se ha proyectado en progresión geométrica. Han aprendido a odiar al enemigo que sus padres y abuelos crearon. Recuérdese esto del odio cómo funciona en la obra de Orwell 1984. (El mal que es lo que la izquierda propicia es facilísimo de propagar) Recuérdese también que la izquierda solo se mueve bajo la ocultación y la mentira.

La división de los españoles hoy es palmaria. (Basta con oírla respirar) En la transición no la había, pero los enemigos de España no pueden vivir sin ella. Con su naturaleza de escorpión, no dan más de sí. Si no pábulo al demonio que llevan dentro. No saben más que destruir, al ser incapaces de construir nada. Todo este odio infundado que percibimos está en la izquierda.

Nace de su propia incapacidad e impotencia, y de ahí la envidia, y bajas pasiones, con su común ADN. «No sé construir nada pero sí sé destruirlo todo». Y esa es su ocupación. La izquierda ha creado el odio y ella lo propaga como un incendio de sexta generación. La derecha se llama así porque la izquierda le puso ese nombre y otros peores, como el de «fascista» que suena muy mal.

En la guerra mi tía Francisca, entonces con 18 años a la que los rojos hicieron pasar las de Caín, preguntaba a su madre, mi abuela Josefa, que por qué nos llamaban a nosotros «fascistas»; mi abuela sin entender para nada el significado, contestaba tajante a su hija: «porque no encontraron otro nombre más feo conque llamarnos».

Esto sucedió el día que por fin lograron fugarse del pueblo tomado por los rojos, a donde estaban de rehenes. La izquierda se creyó siempre con el derecho de pernada y el de dividir en buenos y malos, y de bautizarlos como refiere tal caso. Y ponerles el sambenito que a tanta gente llevó a la muerte.

Si la izquierda persiste en su error acabaremos todos muy mal al contribuir con su voto y ayuda a esas opciones que mediante el engaño traen el mal. Si la izquierda sigue creyendo que hay buenos y malos y que los primeros son ellos, pronto acabarán con nosotros que para ellos somos los malos.

Y cuando nos tengamos que defender a las bravas nos imputarán el haber traigo la guerra civil, al primer tiro que salga de nuestras filas, lo mismo que la otra vez. Ellos se creen con todos los derechos, hasta con el de matar, al pasar por el de robar. Sus partidos lo autorizan.

Son tan torpes como limitados y siempre repiten las mismas pautas. La culpa de la guerra que inician, la echan siempre a la otra parte, invierten todo según sus intereses, al igual que decía el socialista Largo Caballero, «nosotros sólo respetaremos a la ley, si nos conviene».

Lo mismo que ponen a las víctimas en el lugar de los verdugos, a los que dan el poder. O enaltecen el terrorismo. O sea que haremos lo que nos dé la gana, como hoy ocurre en España. Y así siguen sin que nadie les pare los pies.

Hubo una vez una reunión de próceres donde no podía faltar el demonio disfrazado de persona normal. Se sentó frente a otro que le dijo al disfrazado: nos advirtieron que tuviéramos cuidado porque andaba por aquí él demonio.

A lo que el disfrazado le contestó rotundo: eso no existe; eso no es más que un cuento. Entonces el primer interlocutor, no demasiado convencido, escuchó al otro que le sacó de su duda, al rematarle: Y mira bien, si de existir, no es el mismo demonio el que te lo dijo eso, disfrazado, claro, al engañarte.

El primer interlocutor salió convencido diciendo: tienes toda la razón, amigo, aunque no te conozco; el demonio es el que nos mete miedo advirtiéndonos que tengamos cuidado. Les has descubierto la trampa.

El demonio lo llevó a su parte así de sencillo. La primera mentira del demonio es negar su existencia, para manipular y engañar sin el menor obstáculo.

Por allí andaban ZetaP con sus rasgos físicos satánicos, danto aire a la ETA que ya se extinguía, y el alevín de Pedro Sánchez, «martillo de herejes», con su tropa sacando pecho de gallitos… Pronto caerían por sorpresa en el gallinero como la zorra, y el resultado es el que tenemos.

El que hoy se homenajee al mayor terrorista de España, E. Parot, y que el gobierno no mueva ni un dedo para evitarlo, si  no para alentarlo, es la mejor prueba que nos gobiernan nuestros enemigos, y que frente ellos no caben remilgos.

La izquierda es mayoritaria y va desde criminales, terroristas, hasta tontos; es el gran regimiento de bobos que se creen todo lo que les dicen sus líderes, y lo tragan sin más, pero que votan a esas opciones suicidas. Y la banda va hasta los violentos y malhechores que mueven los hilos desde el poder, utilizando su primer arma política, que es la mentira, con la manipulación de la información, y todas las artimañas más inimaginables para seguir detentando el poder y robando dinero a expuestas; robando dinero a los contribuyentes vía impuestos.

Viven en la absoluta corrupción delincuencial, con la secta de su fanatismo y tragan todo lo que les echan, como la propaganda de odio que les ciega los ojos; odio que hace la secta, la Sexta de tv, echando todos los «inocentes» que había matado Franco. Esta gente imbécil, no se da cuenta que solo le muestran la Guerra desde una parte y magnificándola.

Y que de la otra no cuentan ni pío. La otra parte que ocultan empezó la guerra y mató mucho más. He conseguido hablar con uno de estos ejemplares y me pareció tan súper limitado mentalmente y cerril, incapaz de distinguir dos cosas, que lo tuve que dejar por imposible. Desde entonces prefiero a un malo antes que a un tonto.

Pero el tío siempre votaba al PSOE. Un tonto útil. Y como éste, miles…

Fígaro ( El Correo de España )