NEGRO FUTURO

Negro futuro nos espera,  si los neo soviets llegaran a conseguir lo que tienen en la testuz, no solamente para quienes estamos señalados por habernos situado frontalmente en contra, sino también para los gilipollas de gran pureza, que deberían ser a los únicos que les estaría bien empleado sufrirles, por haber sido capaces de votarles en las últimas elecciones.

Necios que deberían haber recordado que también de su esfuerzo físico y de sus sudados dineros, salieron muy bien «progresados» individuos -¿con qué méritos?- como Felipe González, Alfonso Guerra, y los acólitos socialistas que zamparon a dos carrillos de aquel pesebre («alguien les puso en bandeja de plata») comandados por esas dos criaturitas a quienes las crisis económicas que de algún modo provocaron, o ayudaron a que fueran más profundas y más lesivas para las personas honradas, decentes y trabajadoras, les resbalaron por el lomillo, dejando intacto, cuando no más boyantes, sus bolsillos.

Si ese ejemplo tan notorio no fuera suficiente para racionalizar sus votos como seres humanos íntimamente inteligentes, ahí están los más recientes y aún sangrantes modelos, corregidos y aumentados, que dejó Zapatero, y lo que este… (¡Chiss! no voy a adjetivarlo como creo que se merece, ya que podría -siendo una verdad tan grande como la portada principal de la antigua estación del Norte- ser mal considerado como delito, por algún «proboquisquilloso» miembro o miembra de la Justicia) presidente que padecemos en funciones que si se estuvieran dando en otros países de nuestro entorno parecerían cómicas -para partirse la caja- pero que aquí, en España, nos están enseñando su dramatismo.
Hace falta ser gilipollas de encefalograma plano para haberles votado por primera vez y el sumo, sumííísimo de la gilipollez es: denodadamente seguir repetidamente votando a los socialistas o a los comunistas (iglesiasmonteristas; es lo mismo) que conforman la cabeza de la extrema izquierda, con el agravante en estos críticos momentos que esos cabrónicos son los votos que de torticera manera pudieran dar carta de naturaleza a terroristas disfrazados de Caperucita Roja y a separatistas desvergonzados de a calzón caído.
Eloy R. Mirayo ( El Correo de Madrid )