
NOCHEBUENA
Si me admite el amable lector un consejo: esta noche háblele a sus hijos, a sus nietos y a sus sobrinos, en definitiva, a los ciudadanos y pobladores de la España del futuro, sobre sus recuerdos de Nochebuena.
Cuénteles cómo se montaba el nacimiento -o belén, si lo prefieren-; cómo lentamente se hizo un hueco el árbol; cómo sonaban los villancicos, que todos nos llevaban a Belén; cómo su madre se esforzaba en preparar la mejor cena de todo el año; cómo se degustaban las figuras de mazapán; cómo después se iba a la misa del Gallo y el Adeste fideles sonaba grandioso, por humilde que fuese el templo, y cómo en el retorno al calor del hogar uno sentía la maravilla del abrazo de la familia, que ayudaba a crecer la fe en el ser humano.
Explique eso, porque estamos obligados a dejarles todo un poco mejor. Necesitamos el amor a nuestra civilización. Dejen que suenen con alegría los cánticos de nuestra tierra y celebre con su familia esta Nochebuena.
No tenga complejos, ponga villancicos esta noche: sus descendientes nunca lo olvidarán. Créame que es una de las maneras más eficaces y espontáneas de ayudar a hacer una sociedad mejor.
El Astrolabio ( ABC )