
Cuando me lo contaron por primera vez no me lo creí, cuando me lo contaron por segunda vez ya lo empecé a dudar, y cuando ya he visto al oso en una foto me lo acabo creyendo.
Todo fue idea, según me cuentan, de aquel señor Redondo que se fue pero volvió y ahora se dedica a venderle ideas a su sustituto en la Moncloa, el poderoso Ministro Bolaños: hay que conseguir a toda costa que para los votantes normales y para la gente normal los de VOX sigan siendo la “extrema Derecha” y el “oso pardo” que se come a los niños malos en cuanto no hacen lo que ellos quieren.
Me dicen, y ya me lo creo, porque viniendo del traidor Sánchez hay que creérselo todo, que la manera de hacer más visible el miedo a la “extrema Derecha” era hacer circular por las calles de Andalucía unos enormes “osos pardos”, o negros, o blancos, allá por donde fuese la bellísima Macarena Olona, para subliminarmente hacer creer al votante que huyera de ella y de su VOX.
Sin embargo, hay algo que todavía está produciendo carcajadas en las redes sociales, las fotos de las distintas figuras de osos que el Ministro Bolaños le enseñó en su primer encuentro al Consejero don Elías Bendondo, que va a ser el cerebro de las elecciones del 19. Al parecer don Elías se echó a reír cuando vio la “jugarreta” que le preparaban a doña Macarena… pero, por sorpresa del socialista el “morenista” se calló e incluso aplaudió.
Luego, no es un disparate pensar que si la idea del oso es cosa del Redondo y de Ferraz el IMPULSO será soberano (o sea, cosa del PP).
Y es que ambos Partidos se la juegan con VOX. Al PSOE le interesa que VOX suba para restarle votos al PP y que este no tenga más remedio, si gana, que atarse al futuro con VOX… y al PP porque le interesa que VOX pierda votos a su favor para no necesitarle como aliado en un Gobierno forzoso de coalición así que, señora Olona ya sabe que lo de Salobreña no ha sido casual, ni lo de los osos que le acompañarán en sus mítines serán ángeles venidos del cielo.
Usted es el enemigo público número uno a abatir por ambos Partidos, quizás porque ambos saben que usted sí que va a tirar de las alfombras si llega a San Telmo y los va a descubrir en toda negritud y corruptelas de los “chiringuitos”.
Julio Merino ( El Correo de España )