» PEDRO I EL NORMALIZADOR »

«No queremos ser una sociedad normalizada, ni política ni lingüísticamente; queremos ser una sociedad normal» Rosa Diez, política.

Hay gente que gasta enormes cantidades de energía solo por parecer normal ante los demás, sin serlo.
Pedro Sánchez ha hablado de normalizar la vida de España y los españoles, de normalizar las instituciones, de normalizar las relaciones entre comunidades, de normalizar la vida política. Pedro Sánchez pasará a la historia como PEDRO I EL NORMALIZADOR.

Para Sánchez, la vida en España hasta su llegada a la Moncloa era anormal. Él la va a hacer normal…estableciendo él las normas. Normas que gustándole a él bastan, le importa un bledo si no le gustan a los demás. Sus normas son la excelencia de las normas y no entiende que alguien no vea en ellas las normas perfectas. Un ejemplo de norma para normalizar nuestras vidas es exhumar los restos de Franco. Según Sánchez, el sacar del Valle de los Caídos a Franco aportaría un plus de normalidad en las relaciones normales de la gente normal. Incluso cree Sánchez que con esa norma la calidad de vida de los españoles aumentaría.

Otro ejemplo de norma ejemplar de Sánchez es la promesa de mantener, sostener y elevar las pensiones siempre, siempre; lo que pasa es que cuando ha empezado a trabajar en ello, Sánchez ha comprobado que no salen las cuentas. Eliminar el copago farmacéutico es otra de sus aportaciones a la normalización de España, pero con la llegada y acogida de los inmigrantes, la ha pospuesto porque lo primero es la sanidad universal para que puedan acogerse a ella los sin papeles. Como norma, primero la sanidad para ellos, después el copago para los españoles. La norma estrella de todas las normas de Sánchez es la derogación de la reforma laboral de Rajoy; ariete con el que siempre atacó a la derecha y que juró derogar hasta en arameo que lo haría cinco minutos después de instalarse en la Moncloa, pero hete aquí que – cosa insólita – hasta sus mismos ministros han dicho que, de momento, la reforma no puede tocarse.

Una de las últimas normas de la normalidad de Sánchez ha sido abrir un descomunal agujero para la entrada indiscriminada de inmigrantes; Sánchez cree que mientras más inmigrantes haya en España, más normalización habrá en la vida de todos los ciudadanos. En cuanto a la norma que va a poner en práctica para alcanzar la paz en las relaciones catalano-españolas, será el acercamiento de los independentistas presos a cárceles catalanas y lo más cerca de sus casas para que sus familias puedan llevarles el Cola Cao y arroparlos.

A eso va a unir otra norma – norma de peso – que consistirá en sentarse a «dialogar» con Torra, un supremacista, xenófobo y racista que nos ha llamado a los españoles bestias con forma humana, que tenemos un bache en nuestro ADN, que nuestros nombres y apellidos son de bestias. Según Sánchez, esta norma será para construir puentes – Yo no sabía que Sánchez y Torra eran, además de políticos, ingenieros – Lo que Sánchez pretende al implantar sus normas es que España se convierta en el país de la abeja Maya y que él, expresión máxima de la normalidad, sea visto como el hijo que toda madre haya deseado, el yerno que toda suegra haya soñado y el marido perfecto que toda mujer haya ideado. Para ello y de momento ya ha dado un primer paso que ha añadido a sus normas: posar cariñosamente con su perrita Turca. ¡Casi nada!

Yo le voy a apuntar a Sánchez algunas normas que si son urgentes y que debería implantar ya. Le aviso que para implantar estas normas se necesita inteligencia, coraje, un gran sentido de la solidaridad y sentido humanitario para con los españoles, para los inmigrantes ya ha dado muestras de ello. Estas normas son: Sacar del umbral de la pobreza a 2.200.000 niños españoles. Sacar de la pobreza energética a 1.500.000 familias y sacar del umbral de pobreza a 13.000.000 de españoles (Datos de Unicef y del INE) Implante esas normas Sr. Sánchez si es que tiene la inteligencia y el coraje para hacerlo; le aseguro que esas normas si que contribuirían a la normalización de la vida para muchos españoles y déjese de monsergas, milongas, músicas para canarios, componendas con quienes quieren romper a España y promesas que, dos días después de hechas, usted echa en el olvido.

Olvídese de las luces, de las pantallas, de las frases, de las televisiones, de querer atontar al personal con sus embelecos, de su imagen y en vez de decir que va a normalizar la vida de España, hágalo; sobre todo hágalo para esos millones de niños, hombres, mujeres y familias que lo pasan mal. Déjese de mirar su ombligo y mire un poco más alto y más allá para ver en lo que, necesariamente, debe aplicar normas eficaces que, realmente, mejoren la vida de los españoles.

Manuel del Rosal ( Periodista Digital )

viñeta de Linda Galmor