PODEMITAS A DEGÜELLO

Toca a degüello entre las filas podemitas prestas a seguir a su macho alfa que muestra su vena del cuello hinchada de testosterona, macho que si bien antes purgó de oponentes ese mismo partido, ahora va, uno a uno, por los miembros del Consejo de Ministros. Calviño ha sido la primera presa abatida, DEP. El temor a una intervención del mercado ya es un hecho entre los empresarios del Ibex y el mundo económico.

En estos avatares de trepas sin piedad, resulta en evidencia que una crisis sanitaria gestionada tarde y mal por el máximo responsable político del país, crisis que lleva aparejada una caída del PIB que se estima en un 10%, lo que se traduce al menos en un millón de parados por cada 3 puntos del PIB, ha hecho oler la sangre a los podemitas que se han tirado a degüello sobre el presidente Sánchez, un tipo acobardado y noqueado por los acontecimientos, sin capacidad política ni sustancia moral para dar un puñetazo en la mesa y poner en marcha una sesión extraordinaria en el Congreso de los Diputados para abordar un gran Pacto de Estado con el PP, Ciudadanos y VOX, los tres partidos constitucionalistas, anticomunistas, antibolivarianos, antigolpistas y antiindependentistas, esto es, partidos con sentido de Estado, servicio al país, capacidad para dejar a un lado sus diferencias y encarar junto con el PSOE una coalición de amplia mayoría al objeto de terminar esta legislatura y salvar los muebles de la economía una vez antes se salve el mayor número de vidas.

Pero Sánchez no tiene madera de presidente, de modo que lo anterior es una utopía. Sánchez está materialmente incapacitado por su propio ser para una acción política de este gran calado, ya que la alta política, la política de Estado le viene pero que muy grande.

No obstante, el dilema se muestra claro, de modo que si Sánchez no se hace con las riendas de un país cuesta abajo y no lidera al conjunto de fuerzas políticas desde un gesto de altura de miras en razón de solventar y dar salida a una emergencia nacional sin precedentes, los lobos y lobas de NI UNIDAS PODEMOS acabarán arruinando al país, haciéndose con el poder, y con ello acabando con carrera política del presidente, pasando Sánchez a la historia negra de la España contemporánea.

Entre el grupo de ministros socialistas y podemitas, incluido el que hace como de presidente, Pablo el “Casoplón” es el más listo tanto a efectos ideológicos como a efectos prácticos, la prueba está en que de mileurista ha pasado a nuevo rico en tan solo cuatro o cinco años, eso sí, con un empujoncito de allende los mares, también porque con cuatro gatos mantiene amargado, tensionado, desviado y sacado de quicio al Ejecutivo que no da pie con bola y se ha visto abocado a la incongruencia, a los bandazos, la improvisación y un merecido descrédito creciente.

El tal Pablo, como espécimen depredador de la política, un carnívoro en la cima de la pirámide del ecosistema parlamentario, no tiene escrúpulos que valga y ve en el derrumbe del país un tren que tiene que coger como sea, un tren que sólo pasará una vez ante su gran napia, el tren de un país que muere asfixiado por falta de medios en los hospitales, un país con empresas cerradas precipitadamente, a lo loco, empresarios ninguneados y maltratados, y, sobre todo, trabajadores que en pocos meses necesitarán ser salvados por el Estado, recibir triplicada o cuadruplicada su dosis diaria de populismo bolivariano, precisamente la Biblia que recita Pablo frase a frase, como también un subsidio de supervivencia con su paga extra del 8 de Marzo, el día en comenzó todo, Día de la Infección Nacional, festivo de obligado cumplimiento.

Abierta, pues, la veda en lo que queda de país, los podemitas andan lanzados a la caza, todos y todas tras el presidente Sánchez que huye a sabiendas de que no tiene salida al ser acosado por esa manada de lobos ávidos de poder. Fieras surgidas de los suburbios de las ciudades que babean con sus hambrientas fauces abiertas de las que gotea su saliva en forma de advertencias y consignas comunistas concretas, esas que circulan por las redes sociales y prensa digital a modo de amenazadoras advertencias sin retorno:

Lobo Pablo, macho alfa de la jauría: «Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general».

Loba Yolanda, menestra podemita de “trabajo”: «El Gobierno prioriza el interés general por encima del interés particular».

Lobezno Echenique: «Si así lo exigiese el interés general, se podrán intervenir la economía y las empresas».

La coyuntura ideal, de tan perfecta y súbita jamás soñada, se muestra al alcance de las garras afiladas de Pablo, el macho líder de una jauría desatada en pos de una presa fácil. Una luz amarillenta y profunda refulge en la mirada fija de Pablo, una mirada que ha dejado de ser humana y se ha vuelto primitiva. Vascos y catalanes han cercado sus fronteras con alambrada de malla. Pedro huye, pero será abatido por la jauría que lo persigue en un coto de caza ahora cerrado.

Una España en la miseria, una clase media rebajada a una clase social empobrecida, sin horizonte, sin salida, necesitada de un rayo de esperanza, será el escenario perfecto para desplegar los mítines de un nuevo presidente, Pablo el “Salvador”, por las plazas sucias de pueblos y ciudades de todo el país.

Y ahí tienen a Pablo en su salsa, frente a un pueblo arruinado material y moralmente, el auditorio ideal que encaja como una llave en el tóxico perfil de este nuevo líder con sus modales de curita falso de aldea, sus manitas hacia adelante, su máscara angelical y ese discurso monótono, suave, empalagoso, ridículo, cursi, insoportable, cansino, repetitivo y embaucador, una nana para dormir incautos, una cancioncilla de ritmo facilón y pegadizo para anestesiar a toda una nación, para que ésta siga siendo pobre durante decenios bajo un eslogan, según rezará en el lema del nuevo y emergente partido comunista bolivariano español: UNIDOS POR UN NUEVO AMANECER.

Los podemitas van a degüello y el presidente Sánchez, atemorizado, paralizado, con el tiempo en su contra, ha dejado el país en manos de cuatro comunistas de tres al cuarto que no pintan ni con cola en un gobierno democrático y moderno, sino del año la pera.

Sánchez el encogido, recluido en la Moncloa, trasformada y con aspecto de panteón de presidentes, se enroca más y más, hora hora en lo que será una muerte económica segura, el fin de su singular carrera política y el descrédito más absoluto a su persona e inaudita gestión teledirigida.

José R. Barrios ( El Correo de España )