Madrid es el lugar más moderno de España, más mestizo, tolerante, culto, macarra, exquisito, divertido,  solidario,  acogedor y  en ocasiones esquizofrénico, porque es una ciudad abierta en la que se cruzan los caminos  y nada impide que  la cuota de gente indeseable que estadísticamente nos corresponde  haga ruido estos días a toque de corneta, inspirados por la obsesión suicida de derrotar a quienes gobiernan la Comunidad antes que al virus que nos asola.

Ignacio Aguado, vicepresidente de la Comunidad ha dicho que los ciudadanos pueden elegir entre ser virus o ser vacuna y algunos han elegido ser virus porque ayer se manifestaban muy juntos y con pancartas elaboradas de antemano para protestar por las medidas que ha adoptado la Comunidad  y que estoy persuadido que las apoya el gobierno de la nación.

Hoy recordaba un buen amigo la respuesta que Samuel Hoare, embajador  británico en Madrid  le dió a Ramón  Serrano Suñer   cuando le llamo por teléfono ofreciéndole mayor protección de su sede diplomática ante el acoso de manifestantes del régimen que apedreaban su residencia reclamando la devolución de Gibraltar. “No hace falta que me mande usted más policías. Me bastaría con que enviase menos manifestantes.”

Algo parecido sucedió ayer en la Puerta del Sol de Madrid, sede de la Presidencia de la Comunidad  donde se concentraron manifestantes para protestar por las medidas que se han adoptado para limitar la propagación del virus y proteger a los ciudadanos de los contagios. Tardaron escaso minutos en llegar, aunque los barrios afectados por las medidas están alejados de  la puerta del Sol,  y mientras pedían la dimisión del gobierno regional con pancartas diseñadas con anterioridad, no mantenían la distancia de seguridad que protege de los contagios.

En otras regiones de España se han confinado zonas con anterioridad a lo que lo va a hacer Madrid y nadie ha puesto pie en pared, tal vez porque son más inteligentes o tienen menos apoyo de los profesionales de la agitación.

Es una buena noticia que el Presidente del gobierno vaya a reunirse con Isabel Díaz Ayuso en las próximas horas para estudiar medidas de coordinación  entre ambas administraciones, porque Madrid es el centro radial de toda España. El problema está en que hay mucha gente –políticos incluidos- que no han comprendido la responsabilidad histórica que nos compete a todos en estos momentos en los que deberíamos estar alineados frente a la pandemia y colaborando en las medidas que los expertos nos indican.

Si existiese justicia en este mundo los basureros estarían atestados de personajes que  solo hacen el trabajo sucio de la política porque mientras unos hablan para acabar con esta lacra sanitaria, el vicepresidente que ha desistido de sus responsabilidad en asuntos sociales , se dedica a tratar con delincuentes y criminales para que le ayuden a romper este país y sus instituciones.

Ése sí que es un virus que está identificado.

Diego Armario