
PRESIDENTE EN DEFUNCIONES
El afán de Pedro Sánchez por desenterrar muertos parece ser algo clínico. Sin embargo, la necrofilia sería quizás más excusable que el tacticismo político que parece dirigir todas las acciones del presidente del Gobierno en defunciones que esta semana montó el numerito frente a las tumbas de Azaña y Machado. La visita era el complemento directo de la exhumación de Franco que una vez más se ha visto frustrada por los tribunales.
Es evidente que la salida de Franco del Valle de los Caídos es una parte fundamental de la estrategia movilizadora de la izquierda que puede resumirse en una frase: solo Pedro Sánchez puede parar a los fachas. Y el candidato socialista busca una foto desesperadamente.
La de los nostálgicos (o no) brazo en algo protestando por la exhumación del Caudillo. Eso justificaría toda la campaña electoral frente a esa España negra que algunos quieren ver. «Un pequeño recordatorio de que hay gente racista, machista y homófoba que podría gobernar nuestro país pronto. Un detallito de nada», dice un dibujín que muchos cuelgan en sus redes.
Emilia Landaluce ( El Mundo )
viñeta de Linda Galmor