¿ QUÉ QUIERE DECIR » FACHA » ?

La baja estofa del populacho aborregado con su jerga envenenada en el odio a los principios más sagrados y en la revancha que jamás perdona las derrotas, cuando vienen de la mano del mundo cristiano, lleva a denigrar y degradar hasta los conceptos más respetables de la historia, de la filosofía y de la virtud cristiana del santo patriotismo, dando a tales conceptos esas ínfulas insultantes y zafias de lo que forjó gloriosa historia y salvación del mundo católico y de la única cultura occidental, capaz de traer el progreso del mundo como la historia ha demostrado.

Quienes lanzan esa despectiva abreviatura de “facha”, refiriéndose al fascismo, evidencian su ignorancia sobre la filosofía, la historia y las circunstancias en que surgió ese sistema político con trascendencias en lo religioso.

Sin explicar aquí su historia, por evidente falta de espacio, pero resumiendo demasiado para uso elemental de los retorcidos, he de decirles que “fascio” viene del fasces latino y significa haz de varas delgadas, pero que unidas son emblema de que la unión hace la fuerza, y los antiguos lictores (ministros de justicia), magistrados y senadores la llevaban junto al hacha lictora como símbolo de autoridad. Ese mismo emblema lo llevan actualmente las insignias de la Guardia Civil.

Mussolini usó insignia en su movimiento político que dio nombre al fascismo. Se inició en Italia en 1919 cuando Giuliano de Mezzegra (maestro de escuela y periodista) reunió en Milán el primer grupo opositor al social-comunismo, aunque su origen venía de 1915, cuando grupos universitarios defendían al Imperio y al orden, corporativamente vinculados a un jefe.

Tras la I Guerra Mundial se inicia en Italia el fascismo organizado en milicias y se constituyó un partido con Benito Mussolini en 1921, y hasta 1943.

Su doctrina fundamental es la lucha contra los enemigos de la Patria, invasores por las armas o por ideologías foráneas enemigas de la tradición del Estado católico. Su lema se puede resumir en “Unidad e Imperio”.

El fascismo se creó para combatir el comunismo soviético, destructor de la cultura cristiana y su moral. Para ello, el fascismo adoptó el concepto de partido único con orden jerárquico de clases sociales, rompiendo así el mecanismo materialista y ateo bajo el que el individuo marxista se hallaba despersonalizado en pieza de la maquinaria estatal.

Las crisis económicas y desórdenes político-sociales favorecieron por ello la venida del fascismo, salvador no sólo por conveniente sino, ante todo, por inaplazable. La Iglesia estuvo con el fascismo por su pugna antimarxista que protegía el orden y las instituciones del mundo cristiano contra el nuevo barbarismo del norte. El fascismo combatió a los mafiosos y puso el crucifijo en las escuelas además de haber acometido las grandes obras sociales de infraestructuras costosísimas.

Quienes denigran ese movimiento político-patriótico se confiesan tan ignorantes como antisociales, antipatriotas, anticatólicos, anarquistas e irracionales, como revanchistas que odian visceralmente todo lo que huela a divino y a humano.

Al niñato que en mi ausencia vacacional manchó mi fachada con letras de 30 centímetros, ¡FACHA!, no pude menos de responderle poniendo por debajo, con spray: ¡Gracias a Dios!

No todo el mundo puede presumir de títulos…, digo yo.

Padre Calvo (El Correo de Madrid )