
Entre las muchas reformas que tiene pendiente España, la de la Justicia tal vez sea la más urgente.
El protagonismo que los tribunales han tenido en los últimos años, incluida la controvertida sentencia que sirvió de disculpa para la moción de censura, aconseja una puesta al día de los organismos, juzgados y magistrados, algunos de ellos con comportamientos ciertamente inquietantes, al menos para la opinión del ciudadano común de la calle.
Mientras esa reforma no llega y demostrado como está que el PP no puede reformar la Ley Orgánica del Poder Judicial, parece sensato que este partido aborde la negociación para la renovación del gobierno de los jueces, organismo que languidece cuando va a cumplir el periodo más largo de la historia de esta institución.
La interinidad del actual Consejo no favorece a nadie y menos al PP. En algún momento habrá que afrontar esa renovación y de paso terminar con los enfrentamientos que se dan en su seno.
Hay nada menos que 35 nombramientos pendientes y los tiempos que vienen exigen savia nueva. Es hora de negociar, de pactar y no dejar que las situaciones se cronifiquen.
El Astrolabio ( ABC )