
¿Cómo podemos compaginar nuestra lucha por el pueblo con la idea, tan schopenhaueriana, de que este mundo es una miseria y la gente normalmente de una vulgaridad espantosa?. Aquello que dijo Schiller “Un hombre de verdad debe estar alejado de los demás hombres”.
Es el gran dilema entre lo individual y lo colectivo, el mismo dilema que hace que muchas soluciones que individualmente son necesarias y dignas, son un desastre si se aplican colectivamente.
Ser bondadoso con todos puede ser bueno moralmente, un gobierno bondadoso en general puede ser un desastre. Ayudar a un inmigrante que llega en una patera es moralmente necesario, pero admitir a diez millones de inmigrantes es un desastre.
Podríamos pues establecer una primera distinción entre la humanidad como colectivo y por otra los individuos que la forman, como elementos aislados.
Pero hay otra distinción fundamental: Somos defensores de los Pueblos pero no de las masas. Un Pueblo es una Comunidad con conciencia de sí misma, con una tradición cultural, con una voluntad de colaboración y de objetivos, con una cierta homogeneidad étnica histórica.
La Masa es solo un conjunto de individuos que únicamente están relacionados por un pasaporte o por una ‘estancia’ común en una zona.
La televisión es de una zafiedad tan enorme que debería considerarse peligrosa para la mente, e internet se basa en Instagram, tik tok, foros y postureos de lo más ruín.
La masa traga todo lo que los dirigentes del basurero actual les lanza, y se creen que eso es lo ‘bueno’`, pues ni conocen otra cosa, ni están educados en buscar nada que no salga de la vulgaridad y lo ‘aceptado’.
Lo malo es que todos estamos contagiados de ese nivel bajo, incluso luchando por evitarlo, el ambiente y la educación nos hace rebajar las posibilidades de elevación aunque pretendamos lo contrario.
Es la decadencia global.
Eduardo Nuñez ( El Correo de España )