
¡ UN PSIQUIATRA PARA EL PSOE !
Aunque no es muy normal en estos tiempos que la gente tenga claro lo que quiere ser de mayor, algunos lo tienen cristalino: por ejemplo Podemos.
El partido de Pablo Iglesias y sus confluencias asociadas desearía que España fuese una República Popular, fuera de la Unión Europea y de la OTAN, en la que la propiedad estuviera estatalizada, no existiesen medios de comunicación privados, los impuestos alcanzasen en algunos casos de grandes fortunas hasta el ochenta por ciento, la Iglesia Católica fuese relegada a una manifestación casi clandestina de la fe de quienes se atreviesen a decir que la profesan, las purgas por razón de ideología fuesen un método de selección, que cada región española pudiese decidir en referéndum lo que quiere ser y que el espejo de nuestros militares fuese Julio Rodríguez.
Si alguien piensa que lo que acabo de afirmar es este párrafo precedente es una ocurrencia provocadora, no ha leído o escuchado a los dirigentes de Podemos, porque todas y cada una de esas afirmaciones pertenecen al acervo ideológico expresado en voz alta por Pablo Iglesias y sus cuates.
Dicho esto, Podemos sabe lo que quiere y convendría que los españoles no lo ignorasen.
Pero ¿Qué es lo que desea el PSOE? ¿Tiene claro lo que quiere ser de mayor?
Pues va a ser que no.
Los socialistas estos días están mareando la perdiz y continúan meando fuera del tiesto desde el minuto en el que una bruja coja les echo un mal fario y eligieron a Zapatero, un personaje nefasto para el propio partido socialista, para España y para Venezuela, porque como el caballo de Atila allá donde posa su pezuña, no vuelve a crecer la hierba.
Salvo Rubalcaba – que es más malo que un dolor pero más inteligente que todos ellos juntos, y tiene sentido de Estado- los que le han sucedido o pretenden mandar en el PSOE están tocados por un gen mutante que les condena a hacer de pirómanos con su propio partido.
El PSOE está en un “sin vivir” porque le ha salido un grano en el culo llamado Podemos , que se le ha ido pasando al escroto, y entre ponte bien y estáte, no sabe qué hacer.
Por eso ayer no estuvo en la manifestación de ciudadanos españoles y catalanes en Barcelona, ni se atreve a aprobar el decreto sobre la estiba que exige la Unión Europea para que no tengamos que pagar una multa diaria de ciento y pico mil euros, o se pone de perfil y se calla como una meretriz cuando cree un tema de estado puede restarle votos frente a sus peores enemigos.
Hace unas horas Alfonso Guerra se ha desmarcado de los tres candidatos que van a competir por la SecretarÍa General y ha dicho que “ninguno de ellos merece su confianza”.
Ya estoy viendo a los hooligans poniéndole a caer de un burro y llamándole viejo, como si eso fuese un insulto en vez de un reconocimiento a su experiencia y a su buen saber y entender.
El problema de una cierta izquierda en este país es que debería ir al psiquiatra y sentarse en su diván para que la psicoanalice y le ayude a recordar quién es.
Diego Armario